Es una realidad que en México existe un grave
problema de corrupción a muy distintos niveles, esa práctica genera
desconfianza y apatía en los ciudadanos. La corrupción no se combate solamente
con la promulgación de leyes y reglamentos, para combatirla es necesaria la
existencia de formas de organización ciudadana que permitieran la participación
en las decisiones públicas.
Cada día surgen nuevas organizaciones sociales
que, desde distintos ámbitos promueven la vigilancia ciudadana para asegurar
que no haya abusos de poder, y despiertan conciencia acerca de la necesidad de
cumplir la ley.